
La autoexigencia hace referencia a la predisposición a establecer altos estándares para uno mismo y esmerarse en rendir al máximo para alcanzarlos. Dicha autoexigencia no solo se refiere a nuestro máximo esfuerzo en el ámbito laboral, sino que también se traslada a todos los ámbitos de nuestras vidas, ya sea en el profesional como en el académico, familiar, social o personal.
Aunque la autoexigencia puede ser una fuente de motivación y superación personal, en el momento en que no se maneja adecuadamente, puede tener consecuencias negativas para nuestra salud mental y física. La clave está en encontrar la estabilidad adecuada para que esta actitud no se convierta en problemas físicos o emocionales.
A continuación hablaremos sobre el efecto positivo y negativo de una autoexigencia mal gestionada:
- Consecuencias Negativas de la Autoexigencia
Como hemos dicho, cuando la autoexigencia se convierte en una forma de autoevaluación constante y exagerada, sus efectos pueden ser perjudiciales para nuestra salud y bienestar:
– Estrés y Ansiedad: Las personas autoexigentes suelen tener miedo al fracaso, lo que, incrementa la presión que supone el deseo constante de alcanzar la perfección y cumplir con altos estándares, derivando posiblemente en estrés crónico y ansiedad.
– Burnout o agotamiento emocional: El hecho de tener tanta sobrecarga de tareas y obligaciones autoimpuestas y falta de tiempo de autocuidado para uno mismo puede llevar a agotamiento tanto físico como emocional, conocido como burnout, que además a su vez, a largo plazo puede afectar al rendimiento en dichas tareas.
– Frustración por el desajuste entre expectativas y realidad: La autoexigencia puede hacer que las expectativas personales sean poco realistas, ya que nos ponemos objetivos inalcanzables.
– Autocrítica constante y desmedida: La autocrítica constante por la alta autoexigencia puede dificultar la aceptación de los propios errores, provocando un aumento de la sensación de minusvalía y una disminución de la autoestima.
– Relaciones interpersonales dañadas: Cuando la autoexigencia es con respecto al trabajo, el exceso de tiempo y carga de trabajo, la falta de tiempo para los demás y la frustración por no alcanzar las expectativas, provocan estrés, ansiedad, baja autoestima, como ya hemos comentado, lo que puede conllevar dificultades en las relaciones personales, porque, además, normalmente se sobrepone los objetivos y logros en lo laboral antes que en las relaciones sociales y familiares.
- Cómo Manejar la Autoexigencia
– Establecer objetivos realistas: Es importante fijar metas alcanzables y ajustarlas según las circunstancias, evitando la sobrecarga de expectativas.
– Aprender a ser amable con uno mismo, hablarse de manera compasiva y positiva y aceptar que los errores son parte del proceso de aprendizaje.
– Equilibrio: La autoexigencia debe ser convinada con momentos de descanso y autocuidado.
– Aprender a delegar: Delegar responsabilidades y pedir ayuda cuando sea necesario es una forma saludable de aliviar la carga emocional y evitar el agotamiento.
– Celebra los logros: En lugar de centrarnos en lo que no se ha logrado, debemos celebrar los avances y reconocer los logros que hemos conseguido. Repetimos que los errores son parte del proceso y que todo el mundo los comete.
En resumen, la autoexigencia no es algo negativo en sí misma, pero cuando se lleva al extremo, puede generar consecuencias perjudiciales para la salud mental y física. Es esencial encontrar un equilibrio y aprender a gestionar las expectativas para evitar efectos adversos.
Encontrar el equilibrio entre la motivación y el autocuidado es fundamental para disfrutar de los logros sin ponernos en riesgo.